El primer piloto argentino en 84 años evalúa sus chances en la carrera y habla un poco sobre la convivencia en el equipo Juncos.
El quince veces campeón de automovilismo en Argentina, Agustín Canapino, estará en la parrilla en su debut en la Indy 500 el próximo domingo, el 28 de Mayo. Es el primer argentino en hacerlo desde Juan Gaudino en la edición de 1940.
Y Agustín lo hará en un ropaje muy especial. Su Juncos Hollinger No. 78 ostenta los colores de los campeones del mundo de fútbol, un homenaje a los “muchachos” que ganaron la Copa del Mundo de Catar en diciembre de 2022.
No es la primera 500 para el equipo Juncos. De forma marcante, el equipo debutó en la carrera calificando y relegando al bicampeón de Formula 1 Fernando Alonso al “bump” en 2019. Pero sí, es la primera temporada que el equipo tiene un piloto argentino a los mandos de uno de sus coches.
Pit Debrief pudo hablar con Agustín Canapino y preguntarle: “¿Te sientes un poco más en casa en Juncos? ¿Pueden hacer un buen asado?
“Sí, acá hacemos un asadito con los argentinos, para hablar un poco de español y comer un poco de comida argenta. Pero sí, obviamente, para mi estar en el equipo de Ricardo [Juncos] primero es una gran oportunidad, es un gran privilegio, impensado hasta diciembre estar acá en absoluto.”
“Y aparte, obviamente hay argentinos, hay los hermanos de ‘Ricky’, hay ‘Ricky’ [Ricardo Juncos], que tenemos nuestra propia comunidad, pero en la hora de trabajar estamos todos iguales y todos queremos lo mejor para el equipo. El equipo está lleno de ingleses y americanos, así que ahí nos ponemos en modo serio para poder trabajar para la carrera.”
Y cuando preguntado si pueden pasar un buen rato y si le transformaron a los extranjeros en argentinos, Canapino respondió:
“Los invitamos. Si, no es fácil, pero algunos toman mate, ¡Imaginate! Pero venimos transformando a poco.”
Sobre tener los colores nacionales en el coche y la responsabilidad de representar a la nación, Agustin dijo:
“¡Es un gran honor, te imaginás! Vestir los colores de Argentina es un gran honor, sobre todo para representar a los campeones del mundo, que era algo que jamás me imaginé, que nunca imaginé en mi vida.
“Así que no lo podría tener mejor, como decía recién, ochenta y tres años pasaron desde que un argentino pudiera correr la carrera más importante del mundo, es un montón de tiempo, ochenta y tres años. Es mucho tiempo, así que es un gran honor, una gran presión también, no te voy a mentir. Pero, al mismo tiempo, la motivación para poder hacerlo bien el domingo es enorme.
“No será fácil, estoy en un equipo nuevo, somos el equipo más chico, el más nuevo de la categoría, pero no importa. Vamos a ir por todo y tratar de tener una buena carrera el domingo.”